Todo lo que debes saber sobre el "porno de dibujitos"
- Admin
- 20 abr 2017
- 3 Min. de lectura

El sexo es uno de los principales placeres que la vida nos brinda, por no decir el más deseado. Hay personas que lo descubren demasiado pronto o demasiado tarde, con la persona indicada o con la que menos esperaba, pero el fin siempre es el mismo: hacerlo.
Este puede ser practicado en pareja, tríos o hasta orgías, o incluso uno mismo puede darse placer en momentos desesperados (o no tan desesperados). Es aquí donde el ser humano echa mano de su imaginación o de la pornografía misma si en ese momento no encuentra inspiración.
Internet es un pozo sin fondo (giro argumental inesperado) y podemos encontrar de todo, sí, sí, de TODO. Desde sexo de enanos hasta otras filias que te harán dudar de su legalidad y hasta de tu integridad como persona, y es que Paco León en su Kiki, el amor se hace se quedó muy corto.
Sin embargo, existe una clase de contenido pornográfico que suscita controversia, más de lo normal, dentro de un tema ya polémico de por sí como es este: el hentai. Término no muy conocido pero de imágenes muy célebres que podrías definir a tus amiguetes como “porno de dibujitos” y que un buen otaku acabaría puntualizando con un “es manga, tío”.
Ya sea en manga (dibujo) o anime (animación), estas ilustraciones sexuales de origen japonés son el deleite de más de uno. Normalmente son disfrutadas de manera unilateral y vistas a escondidas, pues suelen avergonzar a la mayoría. En muchas ocasiones temen que se les tache de frikis pero no hay que ser el mejor de los otakus ni saberse todos los diálogos de Death Note para disfrutar de la buena pornografía. Si ya es difícil conseguir que el ser humano admita que ve porno, aunque sea algo natural y, por qué no, sano, imagina decir que ves y que te excita observar cómo dos dibujos animados copulan de una manera tan exagerada y fantasiosa, pues al fin y al cabo, se trata de eso, animación.
Todo aquel anime que contenga connotaciones sexuales se denomina ecchi, aunque en este no aparezcan genitales, todo se insinúa, convirtiéndose en un “hentai flojito”. El ecchi es un estilo con una acogida abrumadora, tanto que la mayoría de los animes suelen contener matices eróticos. El hentai va un paso más allá y muestra relaciones sexuales explícitas entre personajes de ficción.
Si comparamos el porno tradicional con el hentai, este último sale vencedor al tratarse de una fantasía sin ningún tipo de restricción. Existe hentai para todos los gustos y de numerosas temáticas, casi indescriptibles como puede ser el sexo con animales humanizados, extraterrestres, los famosos tentáculos, fantasmas, ángeles, sadomasoquismo, robots, niños pequeños… De hecho, estas “barbaridades” están tan establecidas que muchas categorías poseen nombre propio. Digamos que las “normales” son las más conocidas, pero no por ello son las más vistas. Entre las categorías más frecuentes encontramos el yaoi (relaciones homosexuales masculinas), yuri (relaciones lésbicas), fatunari (hermafroditas o transexuales), ahegao (rostro de placer exagerado), shotacon (niños pequeños) o violación por tentáculos, uno de los más célebres y que curiosamente se remonta desde la antigüedad, pues estaba prohibido mostrar los genitales y recrearon así tentáculos o pulpos que satisfacen sus deseos sexuales con mujeres. Vamos, lo que viene a ser un tentáculo-pene.
A pesar de que parezca una locura no debemos recurrir al tópico de “los japoneses están locos” porque hentai se consume en todo el planeta. Al igual que el porno, el hentai es un trabajo que requiere esfuerzo y preparación aunque carezca de actores. Es hora de romper los tabúes que rodean este género y basta ya de tachar de enfermos a aquellos que lo disfrutan por el simple hecho de no ser reales, porque al fin y al cabo solo se trata de juegos de la imaginación que practicamos en la ficción para evadirnos de la realidad, y todo aquello que solo exista en la ficción no debe tener más límites que aquellos que tú quieras darle.
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